Muestran mis palabras las formas de un poeta
capaz de dibujar el amor en un soneto
y dar rienda suelta a mi alma libre e inquieta,
tan inconformista, tan viva y tan rebelde.
Soy más rojo que mi propia sangre,
alzo mi puño al grito de libertad,
quemo banderas y derribo fronteras,
soy ciudadano del mundo, aborrezco la guerra.
Mi vida está curtida de experiencias,
mi existencia no asume derrotas,
mis caídas no entienden de fracasos,
mis victorias son censuradas por la modestia.
Soy un viajero del tiempo, mi camino la vida.
Soy un guerrero sin armadura, luchador nato.
Soy un sabio que sólo sabe no parar de aprender.
Soy un poeta insumiso, trovador de mi alma.
Maldita vida gris,
cuán falta estás de color.
La atmósfera está enferma,
enferma de desilusión,
enferma de apatía,
enferma de desconfianza;
vivimos del aire
y no podemos respirar.
¿Dónde están los sueños?
Nos los han robado,
en una lúgubre habitación 101
nos tienen encerrados
drogados de televisión.
¿Por quién se alzan las banderas?
¿Por quién doblan las campanas?
¿Por quién lloran las nubes?
¿Por quién y a quién hablan los votos?
Odioso sinsentido.
Confusa realidad.
¿Quién representa a quién?
¿Quién defiende los intereses de quién?
Ambigua Democracia,
¿quién te a visto y quién te ve?
