lunes, 26 de noviembre de 2012

El mar donde habita la libertad


La densa espuma de la orilla
sólo es despojo de las olas
de este inmenso mar bravío
que nadie puede navegar,
sin nombre ni hombre que se adentre,
donde habita la libertad.
Su horizontal del horizonte
acaba desapareciendo
en la incógnita lejanía
donde el sol acude a su ocaso,
allá donde mueren los días,
allá donde nacen las noches.
Este mar rebosa de vida.
Este mar es fuerte y vivaz:
golpea los acantilados
en vez de asentir y morir
en aquellas lúgubres costas
donde aguarda su triste fin.