jueves, 17 de noviembre de 2011

Soneto III


Qué tendrán tus preciosos ojos verdes
que me traen tantas noches en vela
en las que pasa el tiempo fugazmente
para dejarnos con ganas de más.
Qué tendrá esa piel tan suave que tienes
que durante toda mi vida entera
la acariciaría constantemente
si solamente de mí dependiera.
Llenaré mi mente de tus miradas,
conservaré al vacío tu fragancia
por sentirte cerca por las mañanas.
Y que no decaiga nuestra amistad,
pasará lo que tenga que pasar;
lo que pasó no se va a olvidar.

A la musa de las críticas literarias

No hay comentarios:

Publicar un comentario