jueves, 31 de octubre de 2013

Por y para siempre...



Melodioso silencio enamorado
cuando se cruzan nuestras miradas.
Envolvente soledad apacible
cuando nos fundimos con un beso.
Lluvia de amor, huracanes de versos,
el aire se empapa de deseo.
Va muriéndose el fuego del lucero
y va entrando, oscura, la noche.
Sopla el viento y agita nuestra calma
y se enreda silbando en tu pelo.
Yo soy esa hiedra verde y frondosa
que ha trepado a la cruz de tus brazos
y late en tu cuerpo mi corazón
más vivo y poderoso que nunca.
Se rozan nuestras pieles y se quieren,
se necesitan, se aman, se llaman.
Y nuestros labios se buscan y se unen
y entonces se encuentran nuestras almas.
Que se pare el tiempo o nos deje aparte
y vivamos solos este instante.

"En mi tierra desierta eres tú la última rosa"
Pablo Neruda 

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