La guerra, tormenta de violencia sin freno, temporal que siembra el caos por donde pasa. Es todo destrucción, es tumor y es veneno, es una plaga mortal que mata y arrasa.
Vuela alto, vuela libre, alza tus alas paloma y no las tiñas de sangre, que la guerra no te coja. No seas mayor, se un niño: déjate de tantas bombas, bebe a fondo de tu infancia, tira al suelo las pistolas. No juegues a hacer la guerra, piensa y sueña con la paz, con verdes campos floridos corriendo entre amapolas. Las filas de un ejército sólo se nutren de muerte, de heridas, dolor y llantos y largas marchas fúnebres. Empuña un juguete y juega, empuña un libro y aprende, mira al futuro y prospera, vive, ríe y diviértete. Tu primavera perdida, exterminada a machete por ambiciosos canallas que siguen sus intereses.
Subversión, inconformismo, insumisión son los colores de mi bandera. Progresismo, inquietud, revolución forman parte de mi lema. Preocupación, deseo, inspiración son los motivos que me mueven. La vida sigue su curso, todo cambia y nada permanece mas cuando amaina o cesa, otra pelea contra el olvido: y yo en mis carnes con la huella de lo vivido. Gritos, alzamientos, reivindicaciones: levantan su voz los insumisos, derriban, replantean y reconstruyen sobre los cimientos del pasado en un proceso que no se detiene. Otra vuelta más a empezar, innovaciones, el futuro llama a la puerta y trae algo consigo que me conmueve. El mundo gira al revés y quieres darle la vuelta, todos los días la misma mierda y quieres darle la vuelta, dueños y esclavos, ricos y pobres y quieres darle la vuelta, deshaucios, rejas, deudas, cadenas, se libran quienes menos lo merecen y quieres darle la vuelta. Arrasa con hoy y mira a mañana: ¡EL HURACÁN ERES TÚ!
