Soneto VI. Volver a ver el sol

Que esta crisis no nos deje con hambre
y los malos tiempos nos pillen solos.
Que nadie pueda quitárnoslo todo
y nada nos impida ir hacia delante.
Que todo lo que venga sea hermoso,
que lleguemos a vivir mejor que antes,
que ojalá esto progrese y avance
y no caigamos de nuevo en el lodo.
Luchemos, luchemos por el mañana,
tomémonos la vida como un don,
que nadie pueda quedarse sin casa,
que nunca actuemos más por rencor
y que nada nos preocupe más
que no ver mañana salir el sol.

Recuerdo de una noche con (mi) clase

Bebe querido amigo,
bebamos como bohemios
contándonos batallitas
y riendo como niños.
Bailemos con desenfreno
a la orillita del río
llevados por la música
y absolutamente ebrios
cual ménades en éxtasis
en las fiestas de Dioniso.
Disfrutemos de la noche
con "Eu si te pego" de himno
y de estar de colegueo
haciéndose tardísimo
y acabando reventados
y hacinados en un piso.

Romancero a la Marchena de mis amores

Marchena de los colores,
Marchena de mis amores.
Con tus casas encaladas
y coloridos balcones
de olor a jazmín y rosas
avivando sensaciones.
Marchena de las iglesias,
Marchena de mis amores.
Siempre de Semana Santa
con pasos, incienso y flores
dando muestras de tu fe
y desatando pasiones.
Marchena y sus buenos gustos,
Marchena de mis amores.
Tan variados son tus platos
y tan ricos tus fogones
y tus dulces y molletes
y tus miles de sabores.
Marchena y su gran pasado,
Marchena de mis amores.
Por tus tierras que han pisado
tantas civilizaciones
que dejaron su legado
dentro de tus torreones.
Marchena tan bella que eres,
Marchena de mis amores.
Con tus calles sinuosas,
con tus diversos sabores,
tu legado milenario
y tus largas procesiones.

Soneto V. A mis padres

Mi corazón bombea vuestra sangre
portadora de cariño y recuerdos
de tan grandes momentos imborrables
e inmenso apoyo, abrazos y besos.
Llevo vuestra imagen en mi semblante
y en mi alma todo vuestro amor eterno
tomando vuestro ejemplo por constante
en mi caminar por el mundo entero.
Yo que fui criado en un tierno lecho,
de incontable atención y cuidado,
entre caricias, mimos y juegos
me llena de orgullo tener grabados
los apellidos de Durán Moreno
conservarlos, honrarlos y legarlos.

A mis padres, sobran las palabras.

Soneto IV. Recato

Te ruborizas con una mirada
y te brillan esos preciosos ojos
como estrellas en una noche clara
iluminándose entero tu rostro.
Te encojes cuando te beso en la cara,
¿será por indiferencia o decoro?
Sólo sé que a mí me sale del alma
y que nunca dudaría en darte otro.
Y cuando te acaricio te estremeces
para luego relajarte y dejarte
para mirarme y luego enternecerte.
Entonces me miras, quiero abrazarte,
te abrazo, tú lo haces igualmente
y al final te acercas para besarme.

RebeRdía

Grita, grita fuerte, tan fuerte
que te oigan hasta en las montañas,
di quién eres y qué pretendes.
Cierra la boca a quien te calla.
Libérate, lucha por lo que quieres
y que tu arma sean tus palabras;
corta de una vez tus cadenas
y bate con fuerza tus alas.
Resiste como un toro bravío
ante su última estocada
frente a insensibles maderos
que te pegan hasta en la cara,
frente a banqueros egoístas
que te quitan hasta tu casa,
frente a políticos canallas
que nos tratan como morralla.
No te calles, alza tu voz.
No te sientes, venga y levanta.
No te conformes, indígnate.
Rompe con los nudos que te atan.

A todas las voces que no callan ni los palos ni los fascistas de mente.

Utopía I

Sembremos utopías para que no quede huérfano el mañana...

Yo soy un humilde poeta
que canta a la libertad
soñando con utopías
que tomo por realidad.
Mi bandera es la razón,
mi fe pongo en la bondad.
Mi ilusión es un futuro
gobernado por la paz.
A la mierda la tristeza,
viva la felicidad.
Venzamos las injusticas
y que reine la igualdad.
Que nunca haya escasez,
pero sí prosperidad.
Borremos el egoísmo,
que no exista nunca más.


Y sembremos utopías
que el mañana ya vendrá.

Amistad

Qué será la soledad
si ando siempre en compañía
muy bien guiado y respaldado
por unas manos amigas
que en momentos de aflicción
vienen, me cuidan y animan
no negándome su ayuda
en tiempos de adversidad.
Qué será el aburrimiento
existiendo la amistad,
siendo niños o jóvenes,
siempre de idas y venidas,
desayunando en el "after"
y contando batallitas
de mil desfases e historias
de esas que nunca se olvidan.
Custodio en mi corazón
infinitas dependencias
para todas las personas
con un lugar en mi vida,
que me apartan la tristeza
y me traen la alegría,
que alejan la oscuridad
por llenar de luz mis días,
que si caigo me levantan,
que me apartan de desgracias
y que me arriman el hombro
si urge la necesidad.
Qué más se puede pedir
a esta caprichosa vida,
pues podrán quitarme todo
pero nunca la amistad.

A mis amigos, con nombres propios o no, con miles de batallas a nuestras espaldas y un hueco en lo más profundo de mi corazón.

Soneto III

Qué tendrán tus preciosos ojos verdes
que me traen tantas noches en vela
en las que pasa el tiempo fugazmente
para dejarnos con ganas de más.
Qué tendrá esa piel tan suave que tienes
que durante toda mi vida entera
la acariciaría constantemente
si solamente de mí dependiera.
Llenaré mi mente de tus miradas,
conservaré al vacío tu fragancia
por sentirte cerca por las mañanas.
Y que no decaiga nuestra amistad,
pasará lo que tenga que pasar;
lo que pasó no se va a olvidar.

A la musa de las críticas literarias

No me digas en qué creer

Prueba, a ver si tienes fe:
mira al cielo y di qué ves.
Atiende, observa, razona,
¿hay algo en lo que creer?
Dónde se mete en las guerras
siendo un ser omnipresente
y si es todopoderoso
que acabe ya con el hambre.
Dijo morir por nosotros,
"miles" lo han hecho por él;
y qué de la Inquisición
asesinando en su nombre.
Mientras la pobreza crece,
la Iglesia más se enriquece.
Claro que existen mártires
los que por tu culpa mueren.
Los que te prometen pan
sólo se beben el vino;
los que prometen salvarte
acaban vendiendo el cielo.
Que no cuiden de los niños,
que lo hacen bajo su hábito;
ni se quejen del aborto,
mirad bajo los conventos.
¿Creer? Dejadme elegir.
¿La fe? Vuestro monopolio.
¿La Iglesia? Que no te pida.
¿Vaticano? Qué hay más rico.

Soneto II. Para el recuerdo

Descubrimos el placer de la vida
despertando pasiones desbocadas
amándonos sin freno día a día
deborándonos con cada mirada.
Qué tristes eran esas despedidas
que durante tanto nos distanciaban.
Malditas peleas y recaídas,
las discusiones y la desconfianza.
Lo que construyó el amor ya es recuerdo
y del recuerdo ya sólo anécdotas.
Tantas miradas, abrazos y besos,
tantos poemas, videos y rosas.
Nada borrará ni el dolor ni el tiempo;
ni desvanecer, ni dañar, no más.

JUVENTUD

Somos la arcilla maleable
que hoy modelan vuestras manos,
los robustos cimientos
de vuestro futuro más cercano.
Somos el fruto de hoy,
la esperanza del mañana,
herederos del ayer,
de esta sociedad tan desdichada.
Unámonos jóvenes,
erijamos un mundo de paz
donde siempre haya trabajo
y gobierne la prosperidad.
Seamos libres e inconformistas,
formémonos y aprendamos,
luchemos por nuestros sueños,
demos al futuro un buen legado.

A mis compañer@s de la Asociación Juvenil Miguel Hernández.

Soneto I

Guardan tus ojos cientos de imágenes,
mas los míos guardan solo la tuya.
Encierro en mi corazón mil placeres
que sin ti no hubiera vivido nunca.
Déjate sentir lo que siento al verte,
permíteme tomarte la cintura
y hacer que estés feliz constantemente,
pues donde vamos no hay males ni dudas.
Podrán vaciarse los lagos y mares,
se apagará el sol una y mil veces,
que si te marchas prometo encontrarte.
Y si te quedas conmigo por siempre
no desistiré en amarte, besarte,
abrazarte y mimarte eternamente.

DUEÑO DE MI DESTINO

Yo soy un viajero en el tiempo,
un caminante imparable,
guardián de gestas de ayer y hoy.
En mi mente, ya imborrable,
llevo el manual del pasado.
En mis manos de currante,
mi más cercano presente
y un futuro por delante;
peregrino de mi vida,
gran camino inextricable.
Soy dueño de mi destino,
arquitecto de mi vida,
trovador de mil hazañas,
peón en el día a día.
Luchando yo viviré
aunque no queden salidas.
Que nunca nada te pare,
ni tristezas, ni alegrías,
ni victorias, ni derrotas,
tormentas, viento ni lluvia.