jueves, 31 de octubre de 2013

Por y para siempre...



Melodioso silencio enamorado
cuando se cruzan nuestras miradas.
Envolvente soledad apacible
cuando nos fundimos con un beso.
Lluvia de amor, huracanes de versos,
el aire se empapa de deseo.
Va muriéndose el fuego del lucero
y va entrando, oscura, la noche.
Sopla el viento y agita nuestra calma
y se enreda silbando en tu pelo.
Yo soy esa hiedra verde y frondosa
que ha trepado a la cruz de tus brazos
y late en tu cuerpo mi corazón
más vivo y poderoso que nunca.
Se rozan nuestras pieles y se quieren,
se necesitan, se aman, se llaman.
Y nuestros labios se buscan y se unen
y entonces se encuentran nuestras almas.
Que se pare el tiempo o nos deje aparte
y vivamos solos este instante.

"En mi tierra desierta eres tú la última rosa"
Pablo Neruda 

viernes, 25 de octubre de 2013

Otoño de 1966



Recuerdo aquel otoño de hace tantos años como si fuera ayer. Era distinto, a diferencia de otros rebosaba vida y alegría. Podría decirse que era un otoño de lo más primaveral. Por aquel entonces los tiempos estaban cambiando, pero llamaba la atención cómo tal estación rompía la periodicidad anual con ese ambiente tan inusitado. Parecía como si preparara la llegada de algo, o de alguien. Fuera como fuere consiguió llamar la atención y tenernos en vilo ante tal disparidad, qué raro resultaba todo.

Amaneció un día de octubre, como cualquier otro, pero el Sol tenía otro brillo y la luz brillaba con tal intensidad que apenas quedaba hueco sin iluminar. El Sol no quería que aquel acontecimiento pasara desapercibido. Era un 25 de octubre de 1966 y fue cuando nació mi mamá.

No viví aquello ni sé si aquel otoño fue diferente o no. Tampoco sé si salió el Sol o el muy pillín decidió ocultarse tras las nubes, temeroso de asomarse ante el eterno discurrir de la vida. No lo sé, pero imagino que tal acontecimiento fue así y no de otra forma: el primer día del resto de nuestras vidas. Nuestras, de mi hermano y mía, sangre de su sangre.

El tiempo se paró para presenciar aquel momento y cuando sucedió ya nada era igual. El nacimiento de una vida capaz de traer al mundo otras dos no es algo que pase desapercibido. Qué complejo puede resultar entender la vida y su funcionamiento pero qué hermosa es en todos los aspectos. Una nueva vida, y con ésta otras más.

Qué diferente hubiera sido todo de no haber sido así. Pero la historia no está hecha para hablar de supuestos, pasó porque pasó y gracias a ello hoy os puedo contar cuán maravilloso fue aquel momento; y no pasa día en el que recuerde cómo aquella vida vino al mundo, porque formo parte de ella.

Pasarán los años y los otoños pero no la vida. Aquella vida quedará para la eternidad pues no será olvidada ni menospreciada. Por eso escribo estas palabras, para honrar aquella vida que surgió y hoy da vida. Correrán las agujas del reloj, pero desde entonces los otoños son diferentes pues no barren las hojas de aquel árbol que manó de la tierra para florecer y que se alza más alto que cualquier otro, frondoso, y con raíces que abrazan la tierra para no dejarse vencer ante el tiempo y sus inclemencias y poder mantener más vidas además de la suya propia. He ahí su magnitud.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAMÁ!

martes, 23 de julio de 2013

De Profundis

I
Me busco, mas no me encuentro.
No me veo en el espejo
ni hallo tras de mí mi sombra.
Ando en lucha en mis adentros.
Añoro aquel ser alado,
fundiéndose con lo eterno,
volando sobre el añil,
huyendo de lo terreno.
Recuerdo mi canto alegre
y no saber qué es el miedo,
la firmeza de mi voz,
sin veto alguno ni freno.

II
Maldita flor espinada
de belleza traicionera.
Maldita curiosidad,
tan perversa y pendenciera.
Mis alas sacrificadas,
mi alma decae, se enferma.
Cuán largo trecho he andado,
odiosa la primavera.
Pobre de mi corazón,
hecho preso de mis penas,
tan apático y sin ritmo,
mirando la luna llena.

III
Renaceré nuevamente
cual Fénix de sus cenizas.
Me reinventaré, de cero,
lento, con calma, sin prisas.
Buscaré a aquel que fui,
esa persona insumisa
tan libre y fiel a sí mismo
dueño y señor de su vida.
Quiero ser como fui, libre,
no por perdón ni amnistía,
y quiero volar, en paz.
Sé que llegará ese día.