Nunca pares de darme primaveras
que no desistiré en cuidar las flores
que llenarán tus días de colores
y me harán estar por siempre a tu vera.
No me digas que padeces de amores
y todo te sale por peteneras,
que ahora me pongo y barro tus penas
y siembro de tus sueños, los mejores.
Dile adiós para siempre a la tristeza,
recuerda lo traidor que es el destino
y jamás dejes algo por pereza.
Soy quien que te da abrazos repentinos,
quien te anima en tiempos de flaqueza,
la luz que te ilumina el camino.
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