lunes, 13 de febrero de 2012

Soneto VIII. Enganchado a ti

El aletear de tu pestañeo
diluye en el aire tu dulce aroma
convirtiéndose al olerlo en mi soma
siendo tu rostro lo único que veo.
Eres mi realidad y eres mi axioma,
eres tú todo aquello en lo que creo,
tu nombre es cada palabra que leo
y eres la mano que al caer me toma.
De tus mimos y caricias soy obseso,
de tus bellos ojos me has hecho adicto
y a tu amor me amarra un simple beso.
Le has dado a mi vida su veredicto,
quedándote con mi corazón preso
con el tuyo para siempre convicto.

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